Apenas son las 10 de la mañana y ya el calor se hace sentir, acabo de completar los escalones del barrio de Las Peñas, nada menos que 446 escalones que llevan hasta la cumbre del cerro Santa Ana que cobija el barrio de Las Peñas en Guayaquil, me falta ascender un poco más hasta llegar arriba del faro que promete una vista privilegiada de la ciudad que se desbordó desde este lugar entre fundaciones, incendios, ataques de piratas, epidemias de viruela y refundaciones. He subido grandes montañas en mi amada Cordillera de Los Andes y la satisfacción de ascender a esta colina de menos de 86 metros sobre el nivel del mar no es menor.